Los esguinces, esas lesiones dolorosas que se producen por el estiramiento o desgarro de los ligamentos, no son solo consecuencia de un mal paso durante el fin de semana.
En el ámbito laboral, los esguinces también pueden ser una amenaza presente, especialmente en aquellos trabajos que exigen movimientos repetitivos, esfuerzos físicos o posturas incómodas.
En este artículo, exploraremos cómo se producen los esguinces en el trabajo, sus síntomas, las acciones que podemos tomar para prevenirlos y qué hacer si te encuentras en esta situación.
¿Qué son los esguinces?
Los esguinces son lesiones dolorosas que se producen cuando los ligamentos, esas bandas resistentes que unen los huesos en las articulaciones, se estiran o desgarran más allá de su rango normal de movimiento.
Esta lesión puede ocurrir en cualquier articulación del cuerpo, pero las más comunes son los esguinces de tobillo, muñeca, rodilla y dedos.
¿Cuáles son los síntomas de los esguinces?
Los esguinces no solo se manifiestan con un simple dolor. Conocer los síntomas de un esguince es fundamental para detectarlo a tiempo y buscar el tratamiento adecuado, previniendo así complicaciones y mejorando la calidad de vida.
- Dolor: el síntoma principal es el dolor en la zona afectada, que suele ser agudo e intenso en el momento de la lesión. El dolor puede empeorar con la presión, el movimiento o al apoyar la articulación.
- Hinchazón: la inflamación causada por el desgarro de los ligamentos provoca la hinchazón en la zona afectada, que puede ser visible y palpable. La hinchazón suele aumentar en las primeras horas después de la lesión.
- Enrojecimiento: la piel alrededor de la articulación lesionada puede enrojecerse debido al aumento del flujo sanguíneo en la zona.
- Dificultad para mover la articulación: el movimiento de la articulación afectada puede ser doloroso o incluso imposible, dependiendo de la gravedad del esguince. La articulación puede sentirse rígida.
- Inestabilidad: en algunos casos, la articulación puede sentirse inestable, especialmente si el esguince ha dañado significativamente los ligamentos.
- Hematoma: en ocasiones, puede producirse un hematoma en la zona afectada debido a la rotura de pequeños vasos sanguíneos.
¿Qué causa los esguinces?
Los esguinces suelen producirse por los siguientes motivos:
- Caídas: una caída sobre una superficie irregular o resbaladiza puede provocar un esguince al torcer o doblar la articulación de forma brusca.
- Giros bruscos: girar el pie o la muñeca de forma repentina e inesperada también puede causar un esguince.
- Apoyo incorrecto: apoyar el pie o la mano de forma incorrecta al pisar o agarrar un objeto puede generar un esguince.
- Esfuerzo físico excesivo: levantar objetos pesados de forma incorrecta o realizar un esfuerzo físico intenso sin la preparación adecuada puede sobrecargar las articulaciones y provocar un esguince.
- Superficies de trabajo irregulares o resbaladizas: pisar en un hoyo, un charco o una superficie resbaladiza en el trabajo puede aumentar el riesgo de sufrir un esguince.
- Calzado inadecuado: utilizar calzado que no se ajuste correctamente al pie o que no proporcione el soporte adecuado puede aumentar el riesgo de esguinces, especialmente en los tobillos.
- Fatiga: la fatiga física o mental puede afectar la coordinación y el equilibrio, aumentando la probabilidad de caídas o movimientos bruscos que deriven en un esguince.
¿Cómo se tratan los esguinces?
El tratamiento para un esguince dependerá de la gravedad de la lesión. En general, las medidas iniciales incluyen:
- Reposo: es fundamental evitar o reducir las actividades que causan o agravan el dolor.
- Hielo: aplicar compresas de hielo en la zona afectada durante 15-20 minutos varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
- Compresión: utilizar una venda elástica o férula para comprimir la zona afectada puede ayudar a reducir la hinchazón y estabilidad la articulación.
- Elevación: mantener la articulación lesionada por encima del nivel del corazón puede ayudar a reducir la hinchazón.
- Medicamentos: los analgésicos de venta libre como el ibuprofeno o el paracetamol pueden ayudar a aliviar el dolor. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios más potentes.
- Fisioterapia: una vez que la inflamación haya disminuido, la fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos y ligamentos alrededor de la articulación lesionada, mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento, y reducir el riesgo de lesiones futuras.
¿Cómo prevenir los esguinces en el trabajo?
La prevención de los esguinces es crucial para evitar el dolor, la incapacidad y otras complicaciones. A continuación, te presentamos algunas estrategias clave para proteger tus articulaciones y evitar estos dolorosos inconvenientes:
Medidas en la empresa
- Evaluación de riesgos: es fundamental que las empresas identifiquen los riesgos ergonómicos y de seguridad en cada puesto de trabajo y tomen las medidas necesarias para eliminarlos o minimizarlos.
- Ergonomía en el puesto de trabajo: diseñar puestos de trabajo ergonómicos que reduzcan la tensión en las articulaciones y promuevan posturas adecuadas es crucial para prevenir lesiones.
- Formación y capacitación: brindar a los trabajadores la formación y capacitación adecuadas sobre los riesgos de los esguinces, las medidas de prevención y la importancia del uso correcto de los equipos de protección personal (EPP) es esencial.
- Mantenimiento adecuado: asegurar que las superficies de trabajo estén limpias, secas y en buen estado para evitar caídas y resbalones que puedan provocar esguinces.
- Selección de calzado adecuado: proporcionar o recomendar a los trabajadores el uso de calzado adecuado para cada tipo de trabajo, que se ajuste correctamente y proporcione el soporte necesario.
Medidas individuales
- Comunicación: es importante que los trabajadores comuniquen a sus supervisores cualquier dolor o molestia en las articulaciones para que se puedan tomar las medidas oportunas para prevenir un esguince.
- Calentamiento y estiramiento: realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos antes y después de la jornada laboral ayuda a preparar las articulaciones y mejorar la flexibilidad, reduciendo el riesgo de lesiones.
- Descansos frecuentes: tomar descansos frecuentes durante la jornada laboral para descansar las articulaciones y evitar la fatiga muscular es fundamental para prevenir esguinces.
- Uso correcto de EPP: utilizar correctamente los EPP, como rodilleras, tobilleras o coderas, cuando sea necesario para proteger las articulaciones en tareas de riesgo, puede prevenir lesiones.
- Cuidados generales de la salud: mantener una dieta saludable, realizar actividad física regular y evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco contribuye a fortalecer las articulaciones y prevenir lesiones en general.
Los esguinces laborales puede tener consecuencias significativas, como dolor, incapacidad para trabajar e incluso daños a largo plazo. Al conocer los riesgo, tomar medidas preventivas y adoptar hábitos saludables, podemos crear ambientes laborales más seguros y proteger nuestras articulaciones, permitiéndonos trabajar de forma segura y productiva.