La tendinitis puede transformar una actividad cotidiana, como levantar una taza de café o escribir en un teclado, en una tarea dolorosa y frustrante. Esta inflamación de los tendones, que conectan los músculos con los huesos, puede afectar a cualquier parte del cuerpo y limitar significativamente nuestra capacidad para realizar nuestras tareas diarias.
En este artículo, exploraremos cómo la tendinitis afecta nuestra vida y qué podemos hacer para prevenirla y tratarla.
¿Qué es la tendinitis?
La tendinitis es una inflamación o irritación de un tendón. Los tendones son las estructuras fibrosas que conectan los músculos con los huesos, permitiendo el movimiento. Cuando estos se inflaman, causan dolor, sensibilidad y rigidez en la zona afectada.
¿Por qué se produce la tendinitis?
La tendinitis es una afección común que puede tener diversas causas. A continuación, exploraremos cada una de ellas con mayor profundidad:
- Movimientos repetitivos: realizar movimientos una y otra vez es un factor de riesgo importante. Esto es especialmente común en trabajos que involucran el uso de herramientas vibratorias, ensamblaje de piezas pequeñas, escritura prolongada en teclado, o tareas que requieren movimientos precisos y repetitivos con las manos o muñecas.
- Posturas forzadas: mantener las mismas posturas durante largos períodos, como estar sentado en una silla incómoda o de pie durante muchas horas, puede ejercer presión sobre los tendones y causar inflamación.
- Vibraciones: trabajar con herramientas o maquinaria que vibren, como martillos neumáticos o taladros, puede causar microtraumatismos en los tendones y acelerar su desgaste.
- Levantamiento de cargas pesadas: realizar esfuerzos físicos intensos de forma regular, especialmente si se hacen de manera incorrecta, puede sobrecargar los tendones y causar lesiones.
- Herramientas inadecuadas: el uso de herramientas que no se ajustan a las características físicas del trabajador o que están en mal estado puede aumentar el riesgo de tendinitis.
- Falta de descanso: no tomar pausas durante la jornada laboral para estirar y relajar los músculos puede contribuir al desarrollo de la tendinitis.
- Condiciones ambientales desfavorables: trabajar en ambientes fríos o húmedos puede aumentar la rigidez de los tendones y hacerlos más susceptibles a las lesiones.
- Estrés: el estrés puede afectar la tensión muscular y contribuir al desarrollo de la tendinitis.
¿Cómo afecta la tendinitis a nuestra vida diaria?
La tendinitis, al causar dolor, inflamación y rigidez en la articulaciones, puede tener un impacto significativo en nuestra vida diaria. Aquí te detallamos algunas de las formas en que esta condición puede afectar nuestras actividades:
- Limitación de la movilidad: la tendinitis restringe el rango de movimiento de la articulación afectada, dificultando tareas simples como agarrar objetos, levantar los brazos o caminar.
- Dolor crónico: el dolor persistente puede interferir con el sueño, la concentración y la capacidad para relajarse.
- Disminución de la calidad de vida: las limitaciones físicas y el dolor crónico pueden afectar negativamente la calidad de vida, limitando la participación en actividades sociales, recreativas y laborales.
- Impacto en las relaciones personales: el dolor y la frustración asociados con la tendinitis pueden afectar las relaciones con familiares y amigos.
- Reducción de la productividad laboral: la tendinitis puede dificultar la realización de las tareas laborales, lo que puede llevar a una disminución de la productividad y ausentismo laboral.
- Dependencia de otros: en casos graves, la tendinitis puede llevar a la dependencia de otras personas para realizar actividades diarias.
¿Cómo tratar la tendinitis?
El tratamiento de la tendinitis busca aliviar el dolor, reducir la inflamación y promover la recuperación del tendón. Las opciones de tratamiento pueden variar dependiendo de la gravedad de la afección y de la ubicación del tendón afectado.
- Descanso: evitar realizar actividades que causen dolor es fundamental para permitir que el tendón se cure.
- Hielo: aplicar hielo envuelto en un paño sobre la zona afectada durante 15-20 minutos varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Medicamentos: los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno o el naproxeno pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específico para fortalecer los músculos alrededor del tendón afectado, mejorar la flexibilidad y restaurar la función.
- Inyecciones de corticosteroides: en casos más graves, se pueden utilizar inyecciones de corticosteroides directamente en el tendón para reducir la inflamación.
- Terapia complementarias: algunas personas encuentran alivio con terapias como la acupuntura, el masaje o la terapia de ondas de choque.
- Cirugía: en casos muy excepcionales, cuando el daño al tendón es severo, puede ser necesaria una cirugía.
¿Cómo prevenir la tendinitis?
La tendinitis es un problema común en muchos entornos laborales, especialmente aquellos que requieren movimientos repetitivos o esfuerzos prolongados. A continuación, algunas recomendaciones para prevenir la tendinitis en el trabajo:
Adoptar una postura adecuada
Mantener una postura correcta mientras se trabaja es fundamental para reducir la tensión en los tendones. Es importante ajustar la altura de la silla y la posición del escritorio para que los pies queden apoyados en el suelo, la espalda recta y las muñecas alineadas al usar el teclado o el ratón.
Realizar pausas y ejercicios de estiramiento
Es esencial realizar pausas regulares durante la jornada laboral, especialmente si se realizan movimientos repetitivos o se trabaja en una posición estática. Durante estas pausas, se pueden hacer ejercicios de estiramiento para relajar los músculos y los tendones, como estirar los brazos, las muñecas, los hombres y el cuello.
Utilizar equipos ergonómicos
Contar con herramientas y mobiliario ergonómico, como sillas ajustables, teclados ergonómicos, reposamuñecas y soportes para monitores, puede ayudar a reducir la tensión en los tendones y prevenir la tendinitis.
Evitar movimientos repetitivos y sobreesfuerzos
Reducir al mínimo los movimientos repetitivos y, cuando sea posible, alternar tareas para evitar el uso continuo de los mismos grupos musculares. También es importante no sobrecargar los músculos y tendones con cargas pesadas o movimientos bruscos.
Fortalecer los músculos
La realización de ejercicios de fortalecimiento muscular puede ayudar a mejorar la resistencia de los músculos que rodean los tendones, disminuyendo así el riesgo de inflamación. Un programa regular de ejercicios, enfocado en los músculos utilizados con mayor frecuencia en el trabajo, puede ser beneficioso.
Mantener una buena hidratación y alimentación
Una buena hidratación y una dieta equilibrada puede contribuir a la salud general de los músculos y tendones, reduciendo el riesgo de lesiones. Consumir alimentos ricos en nutrientes que favorezcan la recuperación y la fortaleza muscular, como proteínas, vitaminas y minerales, es igualmente importante.
Recibir formación y capacitación
Participar en programas de formación sobre técnicas adecuadas de trabajo y ergonomía puede ser útil para aprender a realizar las tareas de forma segura y eficiente, minimizando el riesgo de desarrollar tendinitis.