¿Sientes dolor agudo en el hombro, codo o rodilla?, ¿Tus movimientos se han vuelto rígidos y dolorosos? Podrías estar sufriendo de bursitis, una inflamación de las bolsas que amortiguan las articulaciones. Y lo peor es que, muchas veces, nuestro trabajo es el culpable.
En este artículo, exploraremos qué es la bursitis, cuáles son sus causas, especialmente aquellas relacionadas con el entorno laboral, y cómo podemos prevenirla.
¿Qué es la bursitis?
La bursitis es una inflamación de las bursas, que son pequeñas bolsas llenas de líquido que actúan como amortiguadores en las articulaciones. Estas bolsas se encuentran entre los huesos, tendones y músculos, y su función principal es reducir la fricción y permitir un movimiento suave y sin dolor.
¿Cuáles son las causas de la bursitis?
La bursitis, una inflamación de las bolsas que amortiguan las articulaciones, puede tener diversas causas. A continuación, detallamos las más comunes:
- Sobrecarga: la repetición de movimientos o la presión constante sobre una articulación son las causas más frecuentes. Por ejemplo, realizar tareas que requieran movimientos repetitivos del hombro, codo o rodilla puede irritar las bursas.
- Trauma: un golpe directo o una lesión en una articulación puede causar inflamación de la bursa.
- Artritis: enfermedades como la artritis reumatoide o la gota pueden aumentar el riesgo de desarrollar bursitis.
- Infecciones: en algunos casos, una infección bacteriana o viral puede inflamar la bursa.
- Otros factores: el sobrepeso, la diabetes y ciertos medicamento también pueden contribuir al desarrollo de la bursitis.
¿Dónde suele aparecer la bursitis?
La bursitis puede aparecer en cualquier articulación del cuerpo, pero es más común en:
- Hombro: causada por levantar objetos pesados o realizar movimientos repetitivos por encima de la cabeza.
- Codo: común en personas que realizan trabajos que involucran movimientos repetitivos del codo, como albañiles o carpinteros.
- Muñeca: especialmente en personas que realizan trabajos que requieren movimientos repetitivos de la muñeca, como escribir en un teclado o usar herramientas manuales.
- Cadera: puede ocurrir en personas que pasan mucho tiempo sentadas o de pie.
- Pie: la bursitis en el pie puede ocurrir alrededor del tendón de Aquiles o en la base del dedo gordo.
- Talón: la bursitis retrocalcánea es una inflamación de la bursa ubicada detrás del talón.
¿Cómo se trata la bursitis?
El tratamiento de la bursitis suele ser conservador y efectivo en la mayoría de los casos. Los objetivos principales del tratamiento son reducir la inflamación, aliviar el dolor y restaurar la función de la articulación afectada.
- Descanso: es fundamental evitar las actividades que causen dolor o empeoren la inflamación. Esto permitirá que la bursa tenga tiempo para curarse.
- Hielo: aplicar hielo envuelto en un paño sobre la zona afectada durante 15-20 minutos varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
- Medicamentos:
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- Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): como el ibuprofeno o el naproxeno, son muy efectivos para reducir la inflamación y el dolor.
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- Analgésicos: para aliviar el dolor, especialmente en casos de dolor intenso.
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- Corticosteroides: en ocasiones, se pueden administrar corticosteroides por vía oral o mediante inyección directa en la bursa para reducir la inflamación de forma rápida y eficaz.
- Fisioterapia: un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específico para fortalecer los músculos alrededor de la articulación afectada, mejorar la flexibilidad y restaurar la función.
- Inmovilización: en algunos casos, puede ser necesario inmovilizar la articulación con una férula o vendaje para reducir el movimiento y permitir que la bursa se cure.
- Aspiración: en casos de bursitis con acumulación excesiva de líquido, se puede realizar una aspiración para extraer el líquido y aliviar la presión.
- Cirugía: la cirugía se considera una última opción y solo se realiza en casos muy graves o cuando otros tratamientos no han sido efectivos. La cirugía implica la extirpación de la bursa dañada.
¿Cómo podemos prevenir la bursitis?
La bursitis puede ser prevenir en gran medida, especialmente en entornos laborales donde los movimientos repetitivos son comunes. Aquí te presentamos algunas estrategias clave:
Modificaciones en el entorno de trabajo
- Ergonomía:
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- Estacones de trabajo ajustable: asegúrate de que tu escritorio, silla y equipo estén a una altura adecuada para evitar posturas forzadas.
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- Pausas frecuentes: levántate y estírate cada 30 minutos para reducir la tensión en las articulaciones.
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- Herramientas ergonómicas: utiliza herramientas diseñadas para reducir la tensión en las manos, muñecas y codos.
- Rotación de tareas: si es posible, alterna entre diferentes tareas para evitar realizar movimientos repetitivos durante largos períodos.
- Capacitación: imparte cursos de ergonomía a los empleados para que conozcan las posturas correctas y las técnicas de levantamiento de cargas.
Ejercicios y estiramientos
- Fortalecimiento muscular: realiza ejercicios regularmente para fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones afectadas.
- Estiramientos: incorpora estiramientos suaves y regulares para mejorar la flexibilidad y reducir la tensión muscular.
- Pausas activas: durante la jornada laboral, realiza ejercicios de estiramiento y movilidad para mantener las articulaciones flexibles.
Cuidado personal
- Calentamiento: antes de comenzar cualquier actividad física, realiza un calentamiento adecuado para preparar los músculos y articulaciones.
- Enfriamiento: al finalizar la jornada laboral, realiza ejercicios de enfriamiento para relajar los músculos.
- Descanso adecuado: asegúrate de dormir lo suficiente para permitir que tu cuerpo se recupere.
- Hidratación: mantente bien hidratado para ayudar a lubricar las articulaciones.
Equipo de protección
- Rodilleras, coderas, muñequeras: utiliza equipo de protección adecuado al realizar tareas que puedan ejercer presión sobre las articulaciones.
- Calzado cómodo: elige calzado que brinde soporte y amortiguación adecuados.
Impacto de la bursitis en la calidad de vida
La bursitis, además de causar dolor y molestia física, puede tener un profundo impacto en diversos aspectos de la vida de una persona.
Salud mental
- Ansiedad y depresión: el dolor crónico y las limitaciones funcionales pueden llevar al desarrollo de trastornos de ansiedad y depresión.
- Estrés: la incertidumbre sobre la duración de la enfermedad y las dificultades para realizar actividades diarias pueden generar un alto nivel de estrés.
- Aislamiento social: el dolor y la dificultad para realizar actividades sociales pueden llevar el aislamiento y la soledad.
Relación con los demás
- Dificultad para realizar tareas domésticas: la bursitis puede dificultar la realización de tareas domésticas y cuidado de los hijos, lo que puede generar tensiones en las relaciones familiares.
- Problemas en el trabajo: las ausencias laborales frecuentes y la disminución de la productividad pueden afectar el desempeño laboral y las relaciones con los compañeros de trabajo.
- Limitaciones en las relaciones sociales: el dolor y la fatiga pueden limitar la participación en actividades sociales y recreativas.
Bienestar físico
- Alteraciones del sueño: el dolor puede dificultar conciliar el sueño y mantener un sueño reparador.
- Pérdida de fuerza y masa muscular: la inactividad física debido al dolor puede llevar a la pérdida de fuerza y masa muscular.
- Reducción de la movilidad: la bursitis puede limitar la capacidad de movimiento y dificultar la realización de actividades cotidianas.
Coste económico
- Gastos médicos: los tratamientos médicos, como medicamentos, fisioterapia y, en algunos casos, cirugía, pueden generar costes significativos.
- Pérdida de ingresos: las ausencias laborales y la disminución de la productividad pueden llevar a una pérdida de ingresos.
- Adaptaciones en el hogar: en algunos casos, puede ser necesario realizar adaptaciones en el hogar para facilitar las actividades diarias, lo que implica un coste adicional.